Cúpula de la sede de la ONU. BARCELÓ.

Se podría hablar mucho del color, de pintores de todos los tiempos y de pequeñas o grandes obras. La historia está llena de buenos ejemplos. Pero no todos los días se documenta como se hizo un trabajo artístico. Ojalá hubiéramos visto como Miguel Ángel pintó los frescos de la Capilla Sixtina.







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